martes, 24 de abril de 2012

Miguel de Cervantes Saavedra


El lugar de nacimiento de Miguel de Cervantes no está establecido con absoluta certeza, considerándose como más probable que naciera en Alcalá de Henares, dado que allí fue bautizado, según su acta de bautismo, y que de allí manifestó ser natural en la llamada Información de Argel (1580).3 El día exacto de su nacimiento es desconocido, aunque es probable que naciera el 29 de septiembre, fecha en que se celebra la fiesta del arcángel San Miguel, dada la tradición de recibir el nombre del santoral. Miguel de Cervantes fue bautizado en Alcalá de Henares (España) el 9 de octubre de 1547, en la parroquia de Santa María la Mayor.4 El acta del bautizo reza: Domingo, nueve días del mes de octubre, año del Señor de mill e quinientos e quarenta e siete años, fue baptizado Miguel, hijo de Rodrigo Cervantes e su mujer doña Leonor. Baptizóle el reverendo señor Bartolomé Serrano, cura de Nuestra Señora. Testigos, Baltasar Vázquez, Sacristán, e yo, que le bapticé e firme de mi nombre. Bachiller Serrano.5 Sus abuelos paternos fueron el licenciado en leyes Juan de Cervantes y doña Leonor de Torreblanca, hija de Juan Luis de Torreblanca, un médico cordobés; su padre se llamaba Rodrigo de Cervantes (1509-1585) y nació en Alcalá de Henares porque su padre tenía entonces trabajo allí; fue cirujano, oficio más parecido al actual practicante que a nuestra idea de médico, y padecía desde niño una extrema sordera, por lo que sus hijos solían acompañarlo a menudo para actuar como intérpretes; Krzysztof Sliwa aporta un documento por el que sabemos que Miguel de Cervantes hizo al menos una vez de intérprete de su padre; don Rodrigo no pudo seguir estudios continuados a causa de su sordera y el carácter inquieto, movedizo e itinerante de su familia, que llegó a moverse entre Córdoba, Sevilla, Toledo, Cuenca, Alcalá de Henares, Guadalajara y Valladolid, que sepamos; sin embargo aprendió cirugía de su abuelo materno cordobés y el padrastro, también médico, que lo sucedió, sin contar con un título oficial. Según Américo Castro, Daniel Eisenberg y otros cervantistas, Cervantes posee ascendencia conversa por ambas líneas familiares. Por el contrario, Jean Canavaggio afirma que no está probado, y lo compara con los documentos que apoyan esta ascendencia sin lugar a dudas para Mateo Alemán; en todo caso, la familia Cervantes estaba muy bien considerada en Córdoba y detentaba allí y en sus cercanías cargos importantes. Rodrigo casó con Leonor de Cortinas, de la cual apenas se sabe nada, excepto que era natural de Arganda del Rey.6 Sus hermanos fueron Andrés (1543), Andrea (1544), Luisa (1546), que llegó a ser priora de un convento carmelita; Rodrigo (1550), también soldado, que le acompañó en el cautiverio argelino; Magdalena (1554) y Juan, sólo conocido porque su padre lo menciona en el testamento. Hacia 1551, Rodrigo de Cervantes se trasladó con su familia a Valladolid. Por deudas, estuvo preso varios meses y sus bienes fueron embargados. En 1556 se dirigió a Córdoba para recoger la herencia de Juan de Cervantes, abuelo del escritor, y huir de los acreedores. No existen datos precisos sobre los primeros estudios de Miguel de Cervantes, que, sin duda, no llegaron a ser universitarios. Parece ser que pudo haber estudiado en Valladolid, Córdoba o Sevilla. También es posible que estudiara en la Compañía de Jesús, ya que en la novela El coloquio de los perros elabora una descripción de un colegio de jesuitas que parece una alusión a su vida estudiantil. En 1566 se establece en Madrid. Asiste al Estudio de la Villa, regentado por el catedrático de gramática Juan López de Hoyos, quien en 1569 publicó un libro sobre la enfermedad y muerte de la reina doña Isabel de Valois, la tercera esposa de Felipe II. López de Hoyos incluye en ese libro dos poesías de Cervantes, nuestro caro y amado discípulo. Esas son sus primeras manifestaciones literarias. En estos años Cervantes se aficionó al teatro viendo las representaciones de Lope de Rueda y, según declara en la segunda parte del Quijote, al parecer por boca del personaje principal, «se le iban los ojos tras la farándula».

Día del idioma

El día 23 de abril de 1616 fallecía en Madrid, Miguel de Cervantes Saavedra, quien contribuyera al engrandecimiento de la lengua española, con su obra máxima: "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha".

En su recuerdo y homenaje, el día 23 de abril ha sido designado para conmemorar el "Día del Idioma" Español.

En algunos países a la vez se conmemora, por el mismo motivo, el "Día del Libro".
El Idioma es uno de los elementos simbólicos y culturales que diferencia al hombre de los demás seres de la escala zoológica.

Es una de las herramientas esenciales para el logro de la comunicación humana, pues mediante su uso como código social establecido, permite llevar a cabo el circuito comunicacional entre los seres humanos.

La lengua española (o castellana como la llaman otros lingüistas) es una de las más expandidas en el mundo. Y el lenguaje lleva a su vez adosada una cultura propia de los grupos sociales que lo utilizan, es por eso que se comparten tantas cosas en común entre España y los países hispanoamericanos, pues la herencia de su lenguaje ha dejado huellas imborrables en la religión, las costumbres, la raza, la cultura, el arte, la literatura, la descendencia, que han permitido superar las grandes diferencias que se dieron en las luchas por la independencia de los países americanos en el siglo XIX.

El español es una lengua muy rica en expresiones, sinónimos, adjetivación, vocablos que han ingresado a la lengua desde los distintos aportes, desde la invasión de los árabes en la Edad Media ( Por ejemplo: almohada, albahaca, alhelí, alcachofa, alcaucil, etc), hasta las palabras de origen indígena americanas desde la época de la conquista (por ejemplo: chocolate, papa, tomate, mandioca, maíz, cacao, etc); o de la gauchesca y el lunfardo ríoplatense (como rancho, tapera, mate, pingo, pibe, etc).
La defensa del idioma en su cuidado y uso correcto induce a mantener las tradiciones culturales de un pueblo.

Toda la transmisión de ideas y los contactos intelectuales, la interpretación de bibliografías y medios de comunicación orales y escritos, así como la conversación e intercambio cotidiano de pareceres, tiene una base en común: el idioma; elemento imprescindible y cargado de acervo costumbrista.

Semana santa

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.

Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.

A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.

Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.

Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.